sábado, 3 de enero de 2009

EPIBLASODIO 3: "PRIMERAS KAKUFECHORIAS" - Primera Parte -

Que el gran Kakuki era todo un personaje quedaba fuera de toda sospecha, y que el mundo que iba forjando esa personalidad tan única era también muy singular, no admitía duda alguna.
Sin recordar exactamente el momento concreto, algún día de verano, Kakuki decidió dar un vuelco a su vida. Y se cayó.
FIN.
Jajajajaja...que no, que es broma. Una de esas fantásticas bromas mías...

Bueno, como iba diciendo, Kakuki se paró a pensar un día, que su vida tenía que ser diferente a la de cualquier otra persona. Algo único en el mundo, pues él se veía como alguien especial, sin egos ni conductas narcisistas. Kakuki se sentía un icono (algo así como un iphone o ipod, pero en vez de en plan móvil, pues en plan helado de vainilla y chocolate y galleta) dentro de la sociedad en la que ocupaba un lugar. Él pensaba que no podía tener la vida de cualquier personaje que rondaba Little Island. Tenía que ser diferente...así que...aunque no lo entendáis...Kakuki, armándose de valor, inició su personal búsqueda del autoconociemiento plantándose frente al espejo del baño de su casa y diciéndose a sí mismo: "vaya tío guapo y gueno, pero gueno, que estás hecho" (todo esto mirándose la alcaparra que, a esa edad, le colgaba entre las piernas). A partir de ese instante, comenzó su aventura de enfrentarse al mundo y a todas las situaciones singulares que le esperaban, de forma única, como sólo un Kakuki podría hacer.
Como muchas tardes, Kakuki, tras un consistente almuerzo casero, se disponía a marchar a casa de su gran amigo y vecino, el Kakuki del Sur.
Habían llegado las fechas navideñas y, cuando lo que más deseaba Kakuki era patear culos y caras jugando al Street Of Rage (en aquella época la pronunciación era, literalmente, "Estrí o Rraje", con dos "erre"), siempre se acordaba de la posibilidad de que el padre del gran Kakuki del Sur se encontrara en casa. ¿Porqué esta preocupación? Bien...seré claro, conciso y breve. El padre de Kakuki del Sur amaba los mazapanes, Kakuki los odiaba...y el padre de Kakuki del Sur obligaba a Kakuki a comerlos.
Piensen en ello un sólo instante: si te gustan los mazapanes, perfecto, pero si los aborreces...que te obliguen a comerlos es una verdadera y asquerosa putada realmente "fastidiante modulada hacia el intrínseco estado desesperante de los mofletes putrefactos contra el citoplasma ocular menor".
Por todo esto, Kakuki llegaba a la puerta de la casa de su amigo casi sin hacer ruido, llamaba al timbre esperando que fuera el propio Kakuki del Sur quien abriera la puerta y así pasar rápidamente al cuarto de Kakuki del Sur y empezar a maltratar el "yostic" y la barra espaciadora del teclado del AMSTRAD. Esto hubiera sido rozar la perfección de una tarde navideña, pero amigos, la realidad fue otra muy dis-tinta china.
Todo ocurrió de forma tan rápida y brusca...como en "Cerdos y Diamantes" (Snatch para los frikis). Kakuki casi no pudo reaccionar cuando sin darse cuenta ya tenía ese asquerosamente dulce y empalagoso mazapán en la boca, y al padre del gran Kakuki del Sur gritándole al oído: ¡¡HOMBRE, MIRA QUIEN ESTÁ AQUÍ, COMETE UNO DE ESTOS...VERÁS QUÉ COSA MÁS RICA,...MUERDE LA CARNÁ QUILLOOOO!!
Imaginaos el resto de la tarde que pasó el pobre Kakuki...
(continuará...osea, "tu ví continúe", pa los inmingrantes que hablen inglés).

2 comentarios:

  1. Jajajaja,me parto de risa:D.Pobre Kakuki.Tortura china comer mazapanes.
    Nunca hubiera o hubiese ido a casa del padre del gran Kakuki del Sur,puuaaggg le tengo asquino a esa masa empalagosa que por suerte solo se come en Navidad.
    Besitos de lacasitos y gracias por el de-leite de leer este espacio tan especyacular jeje.

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  2. kAKUKIIIIIIIIIIII!!!!!!!!!!pERO KE PASA QUE NO SIGUE LA HISTORIA¿?jUUUM,MMMMMMMMMMMMMM.

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