jueves, 9 de abril de 2009

EPIBLASODIO 4: "CANIQUERO ROMPEBOLAS" - Primera Parte -

Cuando se iban acercando los dias de verano, Kakuki deseaba ansioso sacar su bote de Cola Cao lleno de bolas y elegir su "buitre" (palabra que formaba parte de la nomenclatura caniquera usada por los chavalitos de la época en Little Island, para referirse a esa canica - florete, china, media, etc. - con la que solían protagonizar las partidas más sobresalientes, es decir, romper bolas como piñones con yunques; claro homenaje al gran Emilio Butragueño).
Para no andarnos con rodeos, decir que Kakuki era un puto CRACK the Skye jugando a las bolas. Aún se recuerda por estos lares aquel florete amarillo, más picao que los dientes del Garrocho, con el que logró ganar tantas y tantas partidas..., el "buitre" de Kakuki, "bolindre carnicero en albero con rasgaduras violeteras marroneando el fluorestato interno lefaticodermatóico".
En las tardes veraniegas más calurosas, Kakuki esperaba impaciente en la ventana de su habitación a que apareciera el primer valiente del día para pasar el calor más inhumano en una plazoleta de albero, incrustar las rodillas en la seca y caliente superficie, esquivar mierdas de perro secas y no tan secas, resfregarse las manos por la cara para secar el sudor, meterse mano en la napia para sacar esos resecosos moquetes amarillentos del polvo, y ganar unas cuantas de "chinas" y "medias" (hoy en dia, esto son nombres de drogas...como ha cambiado la cosa...).
En cuanto aparecía el primer alma, Kakuki no tardaba en tomar carrera y coger su bolsita de tela y llenarla de canicas, cual hobbit guardando pan de lembas. Más de una vez hacía esto con tanta rapidez que se metía cada jardazo por las escaleras que le faltaba el chocho de una mosca para bajar desde el 6º sin pisar un sólo escalón... (claro...cogía el ascensor, ¡¡¡SO MONGOLOS!!!).
Por fín en la plazoleta denominada, no sin razón, EL MOJONERO, Kakuki, nada más llegar, echaba una mirada panorámica sobre la situación y sus personajes, absorbiendo los puntos fuertes de la escena, como RUBIO (Clint Eastwood, ya conocido por todos en las historias de Kakuki...) antes de hacerse con su botín en El Bueno, El Feo y El Malo. Objetivo: buscar, encontrar y destruir (searching, ...seek and destroy!!! Yeahhhhhh!!!) a la presa más débil, gracias a la cual hacerse con un buen puñado de bolas. A veces era fácil, pues andaban pululando por EL MOJONERO los típicos personajes que ni siquiera eran capaces de sacar la bola del hoyo, pero la mayoría de las veces sólo se les podía pimplar un par de "chinas", hasta que se percataban de que pisaban terreno peligroso.
Kakuki seguía buscando delicadas víctimas "caniqueras" con las que rellenar de bolas botes de EKO, hasta que... sobreestimó su control de la situación.
Apareció en Little Island un chaval desconocido. De constitución gruesa (y española, por supuesto), osea gordo, pelo ondulado, altura media y pinta de camionero (para tener 10 ó 11 años, una cosa fea de cojones). Se hacía llamar el "TRAEPACÁLABOLAQUELAPARTOENDOSANTESDEQUETUMADRETELLAMEPAMERENDÁ", pero al parecer se llamaba Manolo el del Bolo...un tío simpático, la verdad.
Manolo preguntó a Kakuki por jugar una partidita, y éste aceptó sin pestañear (como ya imaginábamos...) y sin saber con quién se la jugaba. Y mucho peor, más chulo que un mojón de goma, porque pensaba que sería eaten bread (pan comido, para los de la ESO).
Kakuki se agacha para empezar la partida, cuando le toca a Manolo el del Bolo, en 0,2 (cerocomados) se vió un movimiento de dedos apoteósico, con el que Manolo dió un inverosímil efecto a su bola, la cual orbitó centelleantemente por el aire hasta llegar contundentemente al "buitre" de Kakuki, su florete amarillo, convertido en milésimas de segundo en dos piezas, sin ningún tipo de piedad ni concesión. Todo fue muy rápido, resumido en: "¡¡¡ffffun, ssssssshhhhhhhpiunnnn, putttshhhh tickischh!!!...¡¡¡KAKUKI A MERENDÁ YA!!!
Kakuki mirando a su ventana, viendo a su madre llamarlo para merendar, tras el episodio vivido de forma tan intensa segundos antes, hizo que Kakuki se quedara con una cara imbécil y de pasmosidad sólo comparable a la que pondría Labordeta visionando una escena de coprofagia entre Barak (el Bárbaro...) Obama y Santiago Carrillo (O James Little Cart según algunos entendidos...).
Simpático aquel Manolo el del Bolo, cosa que no evitó que Kakuki se cagara por dentro en sus muertos y en su gran putísima madre.
Alguien mejor que Kakuki llegó a Little Island para arrasar con las bolas del lugar, por lo que ramplar esos preciados objetos de vidrio esféricos iba a convertirse en algo más complicado desde entonces.
Kakuki debía buscar una solución...

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